Cannabis en Colombia, una industria con muchas oportunidades

Cannabis en Colombia, una industria con muchas oportunidades

Sergio Gómez, director de Operaciones de SIEMCOL S.A.S., habló de las posibilidades que tiene el cannabis en el país.

Colombia tiene una oportunidad de oro para hacer parte de este mercado, ya que, con la Ley 1787 de 2016, el país se convirtió en un pionero de la legalización del cannabis para uso medicinal. ¿Pero cuál es el potencial de Colombia en este tema y qué oportunidades son las que se abren?

Para Gómez, las oportunidades para la industria del cannabis son infinitas en Colombia.

Se prevé que el crecimiento de la industria cannábica sea exponencial. Según datos de Euromonitor International divulgados por Forbes, el mercado legal del cannabis era de 12.000 millones de dólares en todo el mundo en 2018, y se espera que crezca hasta los 166.000 millones en el año 2025.

Colombia tiene una oportunidad de oro para hacer parte de este mercado, ya que, con la Ley 1787 de 2016, el país se convirtió en un pionero de la legalización del cannabis para uso medicinal. ¿Pero cuál es el potencial de Colombia en este tema y qué oportunidades son las que se abren?

Sergio Gómez, director de Operaciones de Siembra Medicinal Colombiana (Siemcol), habló del panorama actual de la industria cannábica en el país.

¿Cómo ha venido cambiando la compleja historia del cannabis en Colombia?

Hay que entender que nuestra relación con el cannabis es ancestral, especialmente en la Sierra Nevada. De hecho, la prohibición solo empezó en los años 20 del siglo pasado, cuando la planta quedó vetada del panorama mundial.

Sin embargo, en el 2016, se promovió el marco legal para el cannabis medicinal, lo que convirtió a Colombia en un país pionero. Es un tema que se ha venido deconstruyendo entre el sector industrial y las políticas de Estado, así que la situación está cambiando, aunque aún hay restricciones porque la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) sigue teniendo en su lista al cannabis.

¿Desde cuándo se usa el cannabis en la medicina moderna?

En los años sesenta, el doctor israelí Raphael Mechoulam descubrió que el cannabis, además del componente psicoactivo (Tetrahidrocannabinol o THC), cuenta con más de 100 fitocannabinoides. Uno de ellos es el Cannabidiol (CBD), que es el que más se usa con fines medicinales.

Está comprobado que el cannabis es útil para dolores crónicos y para la salud mental. Sin embargo, hay muchas puertas abiertas, pues el cuerpo también tiene un sistema endocannabinoide propio. Esto significa que el cannabis puede representar un sistema de llave y cerrojo para muchas patologías, como las afecciones inflamatorias, las enfermedades neurodegenerativas, el alzhéimer, el glaucoma, la epilepsia, entre otras.

¿Cómo es la situación actual de esta industria en Colombia?

Hay cuellos de botella en regulación y es importante aclarar algunas zonas grises con las instituciones reguladoras. Así mismo, aunque Colombia tiene la posibilidad de exportar, hay restricciones normativas en aduana, lo que requiere de mucha pedagogía en los eslabones de la cadena de exportación.

También está el hecho de que la comunidad médica y científica todavía está un poco cerrada a utilizar tratamientos que sustituyan o complementen los convencionales. Sin embargo, las oportunidades para la industria del cannabis son infinitas en Colombia. Este es un país rural con gran potencial en tierras y en mano de obra campesina calificada, lo que nos da la oportunidad de consolidar cadenas de suministro locales que generen un impacto positivo.

A eso hay que añadir que el cannabis está ganando espacio en una industria tan lucrativa como la farmacéutica. Es el momento para aprovechar todo esto porque aún somos pioneros, pero pronto dejaremos de serlo.

Hablemos de Siembra Medicinal Colombiana (Siemcol). ¿Cómo nació la empresa?

La mayoría de las empresas de esta industria provienen de la agricultura, pero Siemcol nació en 2018, después de debates entre profesionales y amigos con experiencia en el sector de la salud, bajo tres pilares principales: el bienestar, la investigación y la identidad colombiana.

El bienestar es de dos tipos: directo, debido a los suplementos dietarios y medicamentos que llevamos a personas e, incluso, a animales; e indirecto, pues tenemos un impacto positivo en las comunidades a las que llegamos. Con respecto a la investigación, tenemos importantes convenios con la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Por último, en cuanto a la identidad, creemos en nuestro país y en el potencial que tenemos de crear un impacto local, con capital nacional, profesionales del país y producción para consumo interno.

Vale la pena señalar también que pertenecemos a Asocolcanna, una asociación que promueve, protege y orienta el desarrollo de la industria del cannabis en Colombia.

La siembra de Siemcol se sitúa en Toca, Boyacá. ¿Por qué?

Buscábamos un territorio que tuviera cerca una fuente hídrica relevante, que estuviera conectada con las vías arteria del país y que fuera seguro. Boyacá nos llamó la atención por su tradición campesina de parcelas, diferente de la dinámica de los grandes territorios de hacendados. Así, llegamos al municipio de Toca, donde queda el Embalse de La Copa, que suministra agua a todo el bajo Sogamoso.

En este municipio, el índice de escolaridad era altísimo, pero también había bastante desempleo, de manera que empezamos un proyecto muy ligado a la comunidad. Proyectamos un promedio de 15 empleos agrícolas por hectárea cultivada en Toca.

Además, las obras de adecuación las hemos llevado a cabo con personas de la región y hacemos parte de una asociación que promueve una cultura responsable de las fuentes hídricas. Igualmente, estamos comprometidos con la reforestación, pues en nuestro predio de 30 hectáreas contamos con cerca de 1.900 árboles y esperamos sembrar más de 8.000 especies nativas.

¿Qué papel esperan que desempeñe el cannabis en el sector de la salud colombiana?

Para poder activar esta industria, hay que debatir la posibilidad de que el cannabis haga parte del Plan de Beneficios de Salud. Solo de esta manera, el cannabis podrá llegar a los usuarios en las mismas condiciones que otros medicamentos.

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